martes, 11 de febrero de 2014

Musas de Negro.

- Y en mis suspiros encontré tu voz,
y en mi cuerpo las ganas de ese beso,
ese beso acariciante de calor,
ese calor acariciante de deseo.
Pena de tu risa muerta ya en mí,
pena ya de tu muerte en ella,
en mi mente, en mi ser sin haber sido en ti.
Con líneas de gris estruendo,
como aquél espero al que me ve aquí;
escuchas ese silencio en mis latidos,
latidos que ya laten sin sentir.
Ya le queda muy poco a este alma,
ya le queda muy poco por sufrir,
corre cual paloma tras ser en el lodo,
ríe con la mascara aún en la cara,
y llora, y llora, y termina de negro tizón.
Los lirios, las violetas y las rosas,
ya no planto flores en el jardín Edén,
y en el Edén se han quedado a espera todas ellas;
mas yo a las puertas estoy desnudo,
humillado, siendo sin ser un humano,
siendo por ello animal, siendo por ello esclavo.

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