- No se que es lo que estoy haciendo, el tiempo pasa, yo paso igual que él por mi vida, y todo cambia. Paso vigilando el paisaje, observo, todo cambia, yo me pierdo.
A mi lado se van rompiendo los espejos, los frágiles cristales se pulverizan ante mí, y yo tan solo miro, alelado, perplejo, como se destruyen. Los esquemas que un día hice se emborronan delante mia, yo no pienso en ello, no puedo ni intento siquiera leer alguno de ellos, no me bastan ya. Piso fuerte, con mis pies descalzos de humanidad y me corto, me atraviesan los restos de todo ese desorden, sangro, pero no me quejo, no me oyen al pasar. Las sombras se me acumulan en un vaso de vino, pero yo no bebo, se desborda y va cayendo, cae, mancha el suelo, y todo continúa en un perfecto desperdicio. Compruebo el tiempo en un reloj de Sol, el espacio en una brujula imantada por dos polos opuestos, y mi vida en ese espejo roto en el que me peino. Mi mente se va perdiendo, se desvirtualiza, se apaga, va inventando formas, materia, y esencia. Ya no puede, ya no regresa al Ser, no encuentra el camino de vuelta, dónde todo empezó siendo él, en ese mundo en su mente, siendo pues, Erase una vez...
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